El no votar también está bien

¿Por qué votar debería ser una obligación? Está perfecto con que sea un derecho para el ciudadano. Y ya.

En lo personal, siempre he estado enemistado con la política mexicana. No les creo y sé que no les intereso. Ni yo, ni el ciudadano en general.

¿Por qué votar, entonces, por alguien a quien no le importo? Por eso el que votar sea un derecho me da la opción de ir o no a emitir un sufragio. Está perfecto.

Por eso no voto. Porque no quiero pasar una parte de mi tiempo parado para tachar un nombre de alguien a quien sólo le interesa su bienestar.

No votaré por alguien que no representa al ciudadano de verdad. Al que se levanta a trabajar por un sueldo mínimo, que paga impuestos y, todavía peor, a quien las mismas autoridades le complican aún más su progreso con leyes que solo lo perjudican y le cuestan a él.

¿Y qué si no voto? ¿No podré exigir? ¡Patrañas! Aunque siempre vote, si quiero exigirles de todas maneras los que están en el poder me mandan al carajo. Porque solo es el interés de ellos. El clamor de la sociedad no llega hasta arriba, donde ellos están.

Las campañas son el reflejo de que la política mexicana es un asco. Por eso sólo cuando necesitan nuestro voto, es que vemos a candidatos como David Figueroa (quien buscó ser alcalde de Hermosillo por Movimiento Ciudadano) tapando baches con su propia mano. Por eso sólo en campañas vemos a los políticos atravesar charcos a pie, los vemos en el Mercado Municipal comiendo tacos de 12 pesos, por eso los vemos arriba del transporte público.

Ganan o pierden, y jamás se les vuelve a ver por esos rumbos. Hasta en las próximas campañas. Así nos lo ha dicho la historia y sin importar colores, ideologías o género. Todos son iguales.

Por eso no voto. Y también está bien el no votar. Porque la política mexicana es tan mediocre, o de tanto interés personal, que elección tras elección disminuye la participación ciudadana, pero aumentan los partidos políticos. ¿Qué curioso, no? ¿A qué se deberá?

Porque no votaría por una persona que es capaz de bailar frente a todos y hacer el ridículo con tal de llegar al poder. Porque si gobernar no es tan fácil, supuestamente, ¿por qué, por ejemplo, Celida Lopez buscó ser alcaldesa otra vez? ¿Tú crees que por el altruismo?

Nosotros, pues nos queda seguir trabajando para seguir manteniéndolos. Por eso nos exhortan a ir a que nos paremos bajo el sol, en una pandemia, para que le demos un voto. Porque por llegar al poder, son capaces de todo.

Por eso no voto. Y también está bien.

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